Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

Perdonen a Dios, porque no sabe lo que hizo

* Santo Grial, San-gre-real, la de María Magdalena

* La trágica muerte de los apóstoles y los evangelistas

 

En la parte final de El Evangelio Según Jesucristo, de José Saramago, Jesús está muriendo clavado ya en la cruz, en la cima del Gólgota, cuando de pronto el cielo se abre de par en par por encima de su cabeza y aparece Dios, su voz resuena por toda la tierra diciendo, Tú eres mi hijo muy amado, en ti pongo toda mi complacencia. Entonces comprendió Jesús que vino traído al engaño, como se lleva al cordero al sacrificio, que su vida fue trazada desde el principio de los principios para morir así, y trayéndole la memoria el río de sangre y de sufrimiento que de su lado nacerá e inundará toda la tierra, clamó al cielo abierto donde Dios sonreía: ‘Hombres, perdonadle, porque él no sabe lo que hizo’ “.

Casi adivinamos el reclamo de Jesús: ¿Por qué me dejas morir en la flor de la vida? Apenas tengo 33 años, podía haber hecho mucho más aquí en la tierra que sirviendo de sacrificio para enmendar uno de tus errores. ¿Muero para lavar las culpas de los hombres que tu forjaste? Como Dios todopoderoso que eres podías haberlos hecho mejores. Estás matando a tu propio hijo.

Antes, durante La Última Cena, los apóstoles le reprochaban que echara en cara a Dios la suerte que le esperaba y él les decía que si Dios quisiera lo podía callar, “Tú sabes, Pedro, que seré crucificado… Pero no te dije que tú mismo y Andrés y Felipe lo seréis también, que Bartolomé será desollado, que a Mateo lo matarán los bárbaros, que a Tiago, hijo de Zebedeo, lo degollarán, que el segundo Tiago, hijo de Alfeo, será lapidado, que Tomás morirá por una lanza, que a Judas Tadeo le aplastarán la cabeza, que Simón será partido en trozos por una sierra… Tú, Juan, llegarás a viejo y de viejo morirás, en cuanto a ti, Judas de Iscariote, evita las higueras, porque te vas a ahorcar en una con tus propias manos… Moriremos por tu causa (le dicen los apóstoles)… Por causa de Dios, no por mi causa, respondió Jesús”.

Los Evangelios relatan la vida de Jesús, o parte de ella. Hubo muchos, cuatro reconocidos en la Biblia, los de Marcos, Mateo, Juan y Lucas y a los demás, después de un “detenido análisis”, la Iglesia los llamó apócrifos.

Dan Brown, en El Código Da Vinci, da a conocer su versión: María Magdalena no fue una prostituta, era en realidad la esposa de Jesús, con quien tuvo una hija y al morir éste en la cruz los apóstoles debían cuidar a la hija que era evidentemente de sangre real; eso significa realmente Santo Grial: sangre real, no se trata de la copa en que bebió Jesús durante La Última Cena.

Algunos investigadores van más allá y afirman que los reyes son descendientes de María Magdalena y Jesucristo vía los reyes merovingios, y que por tal motivo tienen razón cuando afirman que su poder emana de un designio divino.

Posteriormente, se lee en El Código…, se constituyó el Priorato de Sión, que contaba con miembros como Isaac Newton, Sandro Boticelli, Víctor Hugo y Leonardo Da Vinci. Su función era proteger a los descendientes de Jesús y María Magdalena, así como la tumba de ésta, cuya ubicación no será revelada ahora porque pertenece al final de la novela de Dan Brown, que se saborea si se lee de principio a fin.

Un análisis del cuadro de La Última Cena de Leonardo Da Vinci, en esta novela, revela que quien está sentada a la diestra de Jesús, que se creía era Juan, es en realidad María Magdalena, su esposa y la verdadera sucesora de éste y en consecuencia cabeza de su Iglesia, desplazada y perseguida por quienes fundaron el catolicismo.

Seguramente los apóstoles también deben haberse preguntado qué mal hicieron para recibir la muerte trágica que tuvieron, cuando “su único pecado” fue haber estado al lado de Jesús en sus últimos días y dedicarse a divulgar su vida y su obra tras la crucifixión en el Gólgota.

Sobre la muerte de los apóstoles no hay nada escrito en la Biblia, salvo sobre Jacobo en Hechos 12:2, donde asientan que murió “a espada” (decapitado), por Herodes. Todo lo que hay son leyendas, novelas, relatos que van desde los armados por novelistas famosos como Irving Wallace hasta los de diversas organizaciones religiosas que no citan fuentes. Son parte ya del mundo de la mitología, al cual pertenecen también todos los libros sagrados de diversas religiones, incluida la Biblia.

 

La muerte de los apóstoles y los evangelistas

1. Sobre Bartolomé, hay dos versiones. Recorrió Arabia buscando adeptos. Hasta la India llegaron noticias de este apóstol. La primera versión indica que Bartolomé fue amarrado, metido en un saco y arrojado al mar, donde habría muerto ahogado; la segunda asegura que fue desollado vivo.

2. Santiago, hijo de Zebedeo, murió en el año 44 de nuestra era. Lo decapitaron o lo mataron a cuchilladas por orden del rey Herodes Agripa I.

3. Andrés, hermano de Pedro, fue crucificado. Perseguido y sacrificado en el Asia Menor, en el Ática. Otras versiones ubican su muerte en la península ibérica. Hasta el final, denostó a sus captores.

4. Judas Iscariote se suicidó. Se ahorcó, colgándose de un árbol, una higuera, por los remordimientos que tuvo después de vender a su maestro. Esta es la versión difundida por la Iglesia, sin embargo, la publicación del Evangelio según San Judas dice otra cosa: que Judas actuó siempre de acuerdo con Jesús. Dante, en la Divina Comedia, dice que vive en el último círculo del infierno.

5. Pedro, Simón el pescador, llamado después padre de la iglesia católica, fue crucificado por órdenes de Nerón a los 75 años de edad, en el 67 de nuestra era. Se consideraba indigno de morir igual que su Maestro y pidió que lo crucificaran con la cabeza hacia abajo.

6. Juan fue el único de los apóstoles que expiró por  muerte natural, a los 100 años de edad. En diversas ocasiones intentaron asesinarlo, sin conseguirlo; en una de ellas le prepararon un recipiente con aceite hirviendo, para echarlo en él, pero no lo lograron. El emperador Domiciano lo desterró a la isla de Patmos, con la indicación de que se pusiera a trabajar en las minas. El y Santiago, su hermano, fueron los llamados "hijos del trueno".

7. Santiago, hijo de Alfeo, no murió cuando lo arrojaron desde lo alto del templo de Jerusalén, pero una vez en el suelo fue apedreado hasta que acabaron con él.

8. Tomás viajó por todo el oriente. Recorrió Media, Pertia y Persia —actual Irán—; buscaba seguidores. Sus andanzas culminaron en la India, en la ciudad de Corarandel, donde le atravesaron el pecho con una lanza. Otros relatos dicen que murió en Siria o en la India.

9.  Felipe murió ahorcado. Su cuerpo quedó colgado de uno de los pilares del templo de Hierápolis, en Asia Menor. Dicen que Benedicto XVI afirmaba que había muerto crucificado o lapidado.

10. Mateo estuvo 15 años en Palestina. De allí pasó a Etiopía donde fue acuchillado. Otras versiones dicen que murió en Salamis, actual Turquía.

11. Judas Tadeo, primo de Jesús y hermano de Santiago el menor, fue perseguido y murió alcanzado por las flechas que le lanzaron sus asesinos. Otro relato ubica su muerte en Persia.

12. Simón Cananeo fue torturado de tal manera que no sobrevivió. Su martirio lo ordenó el emperador Trajano, en Persia, actual Irán. Otros dicen que murió en Egipto.

13. Marcos fue arrastrado por las calles de Alejandría, Egipto, hasta que murió.

14. Lucas murió en Grecia, ahorcado. Lo colgaron de un olivo.

15. Esteban murió apedreado.

16. Matías fue apedreado y después decapitado.

17. Bernabé también murió apedreado, en medio de la burla de sus asesinos, los judíos de Salamanis.

18. Pablo de Tarso, o Saulo de Tarso, de quien se dice que fue el único que verdaderamente existió y escribió gran parte del Nuevo Testamento, murió en Roma, decapitado por orden de Nerón.

Los doce primeros fueron los apóstoles que acompañaron a Jesús en La Última Cena, de acuerdo con la pintura de Leonardo Da Vinci (vista de izquierda a derecha), realizada en 1498. Aunque recordemos que el personaje número seis podría ser María Magdalena, según Dan Brown.

Tal cena se llevó a cabo en el mes de abril, antes de la pascua judía, en el primer piso de un edificio que les prestó un desconocido.

Los platillos que se sirvieron fueron hierbas amargas y pan sin levadura.

La copa que pasó de mano en mano fue después llamada el Santo Grial, Sagrado Grial o el Cáliz de plata. Pero nuevas investigaciones recogidas en diversos libros, como El Enigma Sagrado (The Holy Blood and The Holy Grial) (La Santa Sangre y el Santo Grial) de Michael Baigent y otros; o en la novela El Código Da Vinci, de Dan Brown, sostienen que las palabras Santo Grial no se refieren a una copa, sino que provienen de Sangre Real y se refieren a María Magdalena, que habría sido la esposa de Jesús y madre de su hija, como se mencionó párrafos antes.

Ver todos